Ceremonia de Conmemoración | Monumento al Piloto Luis Pardo Villalón

Hace 109 años, un Piloto de la Marina Mercante Chilena, protagonizó una de las gestas más recordadas de la historia marítima mundial. El 30 de agosto de 1916, el piloto Luis Pardo Villalón rescató a los 22 náufragos de la expedición Endurance, liderada por Sir Ernest Shackleton, quienes llevaban meses atrapados en la Antártica tras el naufragio de su buque en el mar de Weddell.


Al mando de la escampavía chilena Yelcho, sin calefacción ni equipos de navegación
modernos, Pardo zarpó desde Punta Arenas junto a Shackleton y dos hombres de confianza.


Enfrentando el peligroso paso de Drake y los hielos antárticos, llegó a la Isla Elefante el 30 de agosto de 1916. En menos de dos horas, él y su tripulación lograron evacuar a los sobrevivientes, que recibieron a sus rescatadores entre vítores y lágrimas de emoción.


El regreso a Punta Arenas fue apoteósico: la Yelcho y sus tripulantes fueron recibidos como héroes. Este episodio pasó a la historia como el primer gran rescate en la Antártica y consolidó a Pardo como símbolo de valentía y compromiso humanitario.


Luis Pardo dejó plasmado su espíritu en un mensaje dirigido a su padre antes de zarpar: estaba dispuesto a enfrentar cualquier peligro con tal de salvar vidas y dar gloria a Chile. Rechazó beneficios personales y hasta una recompensa del gobierno británico, manteniendo siempre una actitud humilde y fiel a sus valores.
Tras su retiro de la Armada, el gobierno de Chile lo nombró cónsul adscrito en Liverpool.

Hasta hoy, su legado se recuerda en monumentos, homenajes y en la memoria naval de nuestro país, especialmente en el Territorio Chileno Antártico.
Aunque con el paso del tiempo su figura se ha vuelto menos mediática, Luis Pardo Villalón permanece como un héroe ejemplar: símbolo de coraje, altruismo y sentido del deber. Su vida y su hazaña continúan inspirando a marinos, bomberos y ciudadanos que reconocen en él un referente atemporal de liderazgo y sacrificio por los demás.