En fecha reciente del 2019, el Ministerio de Educación estableció el 14 de marzo como el Día Contra el Ciberacoso Escolar, con el fin de promover una sana convivencia escolar y un uso responsable de las tecnologías entre los jóvenes del país.
El uso de la tecnología, y principalmente el de los celulares en niños, niñas y juventudes se ha masificado. De acuerdo a la última encuesta Casen, el 50% de niñas y niños de 10 años cuenta con un aparato móvil, y la cifra aumenta exponencialmente con la edad: a los 15 años el 89% tiene un Smartphone, mientras que a los 18, la cifra alcanza el 95%.
La utilización de celulares a temprana edad, ha abierto una reflexión sobre un uso responsable de estos aparatos, principalmente sobre los peligros a la población joven en nuestro país, en este caso del ciberacoso.
Entendida como un acoso o intimidación y humillación a través de medios digitales generalmente desde el anonimato, es una práctica que sostenida en el tiempo y cometida con cierta regularidad; pueden incluir videos, imágenes, comentarios o mensajes que buscan atemorizar, enfadar o humillar a otras personas.
En nuestro país hay cifras preocupantes. Un estudio realizado por la Fundación Summer publicada en marzo del año pasado, asegura que un 51% de los adolescentes indican haber sufrido acoso en redes sociales. Preocupante, también, que solo un 1% se atreve a realizar una denuncia y que el 63% de quiénes han sido víctimas de este tipo de abuso, dijo conocer a su agresor.
Si bien los números inquietan, lo más grave – adviertes los expertos y estudios afines al tema – son las consecuencias o efectos que provocan el ciberacoso.
Según la Unicef: “cuando el acoso ocurre en línea, la víctima siente como si la estuvieran atacando en todas partes, hasta en su propia casa. Puede parecer que no hay escapatoria posible. Los daños pueden durar largo tiempo y afectar a la víctima mental, emocional y físicamente. Sentirse objeto de burla o de acoso puede impedir que la víctima hable con franqueza o trate de resolver el problema. En casos extremos, el ciberacoso puede llevar a quitarse la vida”.
Considerando éste panorama, nuestra Escuela invita a reflexionar y ser agentes activos como comunidad educativa frente a estas y otras situaciones de violencia. Dar aviso a quiénes son parte de nuestro establecimiento y realizar la denuncia, ya sea si eres el principal afectado o deseas interceder por un compañero.
Trabajar por una comunidad que impulsa un ambiente de respeto y tolerancia, es tarea de todos. Donde el buen trato y la sana convivencia nos permita el poder desplegar todas nuestras capacidades y habilidades en nuestra sociedad para el desarrollo del mañana.
