Un 10 de diciembre de 1945 Lucila Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral, recibía el Premio Nobel de Literatura. Un momento histórico que este año cumple 77 años. Asimismo, no solo fue una gran poetisa, sino también profesora normalista que promovió el pensamiento pedagógico centrado en el desarrollo y protección de los niños.
Lucila nace el 7 de abril de 1889 en Vicuña, ciudad nortina situada en el cálido Valle del Elqui, “entre treinta cerros” como a ella le gustaba recordar. Según consta en los registros parroquiales de su ciudad natal, provenía de una familia modesta. Su padre, Juan Jerónimo Godoy, era un profesor y su madre, Petronila Alcayaga Rojas, una modista.
La influencia de su hermana resultó determinante en su decisión de dedicarse a la enseñanza. Su carrera docente fue sumamente precoz. Empezando a los 15 años, en 1904, ya había sido nombrada ayudante en la Escuela de La Compañía Baja, y en 1908 se desempeñó como maestra en la localidad de La Cantera. En 1910 se trasladó a Santiago, donde trabajó en la Escuela de Barranca y aprobó los exámenes especiales en la Escuela Normal de Preceptores.
Los progresos de su profesión docente corrieron en paralelos al desarrollo de su producción poética. La prensa regional difundió sus primeros escritos, entre los cuales se encuentran “El perdón de una víctima”, “La muerte del poeta, “Las lágrimas de la huérfana”, “Amor imposible” y “Horas sombrías”, publicados entre agosto de 1904 y septiembre de 1910.
En 1908 sus trabajos fueron objeto de un primer estudio por parte de Luis Carlos Soto Ayala, quien recopiló el volumen Literatura Coquimbana prosas como “Ensoñaciones”, “Junto al mar” y “Carta íntima”. Durante su residencia en Coquimbito, Los Andes, compuso los famosos “Sonetos de la Muerte”, obra por la obtuvo en septiembre de 1914 la más alta distinción en los Juegos Florales de ese año.
En junio de 1922 viajó a México invitada por el ministro de Educación mexicano, el poeta José Vasconcelos, con el fin de colaborar en la reforma educacional y la creación de bibliotecas populares en ese país. Fue también en este año que apareció en New York Desolación bajo el alero del Instituto de Las Españas, dirigido por el crítico literario español Federico de Onís. A partir de esta publicación Gabriela Mistral adquirió reconocimiento y prestigio internacional siendo considerada como una de las mayores promesas de la literatura latinoamericana. También marca el inicio de una serie de publicaciones de la poetisa nacional en tierras extranjeras. En México se edita Lecturas para Mujeres en 1923 y un año más tarde en España se publica Ternura.
Finalmente, en 1945 la academia sueca galardonó finalmente a Gabriela Mistral con el premio nobel de literatura, premio que recibió el 10 de diciembre de aquel año. Años después de este reconocimiento de carácter universal en Chile se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1951.
El 10 de enero de 1957, luego de padecer y luchar largamente con un cáncer al páncreas, Gabriela Mistral falleció en el Hospital de Hempstead, en Nueva York. Gabriela Mistral fue una de las poetas más notables de la literatura chilena e hispanoamericana. Se le considera una de las grandes poetisas de la literatura universal, y por lo mismo su obra obtuvo en 1945 el primero Premio Nobel de literatura para un autor latinoamericano.